sábado, 8 de mayo de 2010

Ojos que no ven, corazón desierto

Les comparto este texto de Jaime Ignacio López, leído el viernes 7 de mayo 2010, en Cuajinicuilapa, Gro., durante la presentación del libro "Ojos que no ven, corazón desierto".
Ojos que no ven, corazón desierto: homo culerus
Mientras leía "Ojos que no ven, corazón desierto", fui un pajarillo hechizado por una serpiente de diez cabezas. Sin duda alguna, afirmo, es un libro fascinante.
Es un volumen en cuyas vísceras palpitan una decena de relatos escritos sin concesiones, con una prosa casi minimalista, hecha de frases cortas y lacónicas. Son evidentes, el poco uso de las conjunciones copulativas, el vocabulario austero, coloquial y, la agradecible omisión de inutilidades retóricas.
Los textos son breves, a horcajadas del cuento y el relato decimonónicos, se puede decir que, transita sin preocupación alguna ente ambos géneros y por supuesto, si fuera bibliotecario municipal, me vería obligado a colocar "Ojos que no ven, corazón desierto" en el casillero de "novelas policíacas" muy cerca de Paco Ignacio Taibo Segundo y a buena distancia de doña Elvira Bermúdez.
Poco importa la tridimencionalidad de los personajes, a menudo solo un nombre, la autora los mueve a placer según las necesidades de la anécdota, y a mi como lector poco me importan como seres de carne y hueso, cuando las historias narradas desafían mi capacidad de asombro y no sólo me conmueven, sino me estremecen, me encabronan, me avergüenzan como varón y ser humano.
Salvo un par de excepciones, los protagonistas son despreciables. Son verdugos o víctimas y no pocas veces sufren ambas condiciones al horrísono. Los peores son inmorales y amorales el resto.
Los hombres son una basura ejerciendo una escatológica violencia. Desde el poder, sea institucional o fáctica, del crimen. Ni que decir de la violencia de género, la más cruel y despiadada.
Pese a la condición femenina de la autora -me parece-, escribió sus textos a navajazos, con una tinta hecha de sangre y testosterona. No denuncia, sino arroja al criminal y las evidencias de sus crímenes a la cara de un país enfermo y a nosotros mismos, quizás insensibles al espanto social que nos envuelve.
Iris García Cuevas, nos entrega un libro extraordinario. Si bien denso y oscuro en su fondo, es luminoso y gozoso por su calidad literaria y por añadidura, no tengo duda que logra su objetivo... "definir como es de culero el ser humano".

2 comentarios:

Juan Pablo Tomas dijo...

tengo duda si este libro estará siendo presentado por la autora en Tijuana este jueves?.

Juan Pablo Tomas dijo...

tengo duda si este libro estará siendo presentado por la autora en Tijuana este jueves?.